La OCDE, organización a cargo de la prueba, empezó a desarrollar el plan para contar con esta nueva competencia en 2013 dentro de un proyecto a largo plazo que busca ayudar a definir el aprendizaje del futuro en un mundo cada vez más globalizado. Al añadir esta nueva competencia, tiene por objetivo influir en las políticas de desarrollo curricular de los países del mundo y resaltar la importancia de la educación como destreza básica para la vida.
En este contexto, se introduce la competencia global definida como “la capacidad de analizar asuntos globales e interculturales, valorar distintas perspectivas desde el respeto por los derechos humanos, para interrelacionarse con personas de diferentes culturas, emprender acciones por el bien común y el desarrollo sostenible”. De este modo, la educación global se convertiría en la nueva educación cívica del siglo XXI.
Así, la nueva evaluación de PISA se centrará en la capacidad de los alumnos de pensar de forma intercultural. Para ello, se construirá una escala con niveles de rendimiento, al igual que en las demás áreas del estudio (lectura, matemáticas y ciencias), según una jerarquía de niveles de competencia. En este caso se determinará el nivel en función de sus conocimientos sobre los distintos puntos de vista, su conocimiento del mundo, su diversidad cultural o su capacidad de empatizar con los demás.
Las cuatro dimensiones del nuevo estudio PISA
¿A qué políticas educativas se dirige el mundo? ¿Existe ya un marco conceptual para la educación? ¿Supondría un valor añadido la evaluación comparativa internacional? A través de cuatro dimensiones distintas, estos son sólo algunos de los planteamientos sobre competencia global a los que se busca dar respuesta. Por una parte, las preguntas tendrán una dimensión cognitiva aplicadas a asuntos globales, conocimiento y comprensión interculturales. Por otra parte, en la segunda dimensión se tratarán las destrezas centradas en el pensamiento analítico y crítico evaluado a través de la empatía y la flexibilidad.
También contará con una tercera dimensión que evaluará actitudes como la apertura hacia otras culturas, el respeto hacia otras edades, la conciencia global y la responsabilidad. Finalmente, se evaluarán los valores universales de la dignidad humana y la diversidad cultural.